¿Por qué no debes obligar a tu hijo a abrazar o besar a alguien?

Cuando pensamos en la educación de nuestros hijos, es común enfocarnos en la alimentación, el sueño, el aprendizaje o la disciplina. Pero, ¿alguna vez te has preguntado qué mensaje les das cuando los obligas a abrazar o besar a alguien “por compromiso”? Aunque este gesto pueda parecer inofensivo, es una situación que puede afectar su autoestima y el respeto por su propio cuerpo.
El cuerpo de tu hijo es suyo
Desde muy pequeños, es importante enseñar a los niños que su cuerpo les pertenece. Cada vez que forzamos a un niño a dar un beso o un abrazo que no quiere dar, le estamos transmitiendo un mensaje peligroso: que debe complacer a otros con su cuerpo, aunque no se sienta cómodo. Esto puede hacer que el niño pierda confianza en sus propios límites físicos y emocionales.
Los niños no tienen la madurez para comprender por qué están siendo forzados, pero sí sienten cuando algo no les agrada. Al no respetar su “no quiero”, les enseñamos a ignorar su intuición y sus propias emociones.
Los peligros del cariño forzado
Aunque para muchos padres o familiares pedir un beso o abrazo parezca un acto de cariño, en realidad no debería imponerse. Este tipo de acciones refuerzan la idea equivocada de que el afecto físico debe darse para complacer a los demás, incluso cuando el niño se siente incómodo.
Además, normalizar que otros adultos tengan derecho a su cuerpo porque son “familia” o “conocidos” puede abrir la puerta a situaciones de riesgo en el futuro, en las que el niño no se sienta con la libertad de decir “no” ante algo que no le agrada.
¿Qué hacer como mamá o papá?
Aquí te compartimos algunas formas sanas de actuar cuando tu hijo no quiere abrazar o besar a alguien:
- Valida su decisión. Si dice “no quiero”, respétalo y apóyalo.
- Explícale a la otra persona. Puedes decir con tranquilidad: “Estamos enseñándole a decidir sobre su cuerpo. Prefiere no saludar con beso, pero te manda un saludo de lejos”.
- Ofrece opciones. Permite que el niño elija si quiere saludar con la mano, con un gesto, o simplemente con un “hola” verbal.
- Enséñale sobre el consentimiento. Aprovecha cada oportunidad para explicarle que su cuerpo es suyo y nadie tiene derecho a forzarlo a dar muestras de afecto si no lo desea.
El cariño es algo que se ofrece, no algo que se exige
Enseñarles desde pequeños que pueden decidir sobre su cuerpo fortalece su autoestima y los protege emocionalmente. Recuerda: el afecto verdadero nace del amor, no de la obligación.
Al permitirles decir “no”, los estamos ayudando a crecer seguros, respetuosos y libres.
La próxima vez que tu hijo no quiera dar un abrazo o un beso… escúchalo. Estás criando a un niño que se sabe dueño de sí mismo.